No es un secreto para nadie: los emprendimientos gastronómicos están teniendo (desde el levantamiento de las restricciones impuestas por el COVID-19) un renacimiento en las grandes ciudades del país y, en especial, en Caracas.
Estos emprendimientos no sólo están ofreciéndole al venezolano la posibilidad de descubrir nuevas propuestas culinarias y conocer nuevos talentos en la cocina, sino que también están siendo fuente de nuevos empleos y están sirviendo (sin darse cuenta) de potenciadores y preparadores de una generación de jóvenes en los diversos oficios que la gestión de la hospitalidad requiere.
Dentro de esta formación y dentro del mismo establecimiento y concepción del negocio que decidas construir, debes tomar en cuenta la inocuidad. La inocuidad, en la industria alimenticia, es el conjunto de procesos y medidas que garantizan que los alimentos producidos en tu planta o cocina sean aptos para tu consumidor y no le producirá ningún daño. el consumo humano. son procesados de manera tal que ningún agente contaminante pueda intervenir, evitando así los daños a tus clientes y consumidores.
La inocuidad alimentaria es, a pesar de lo poco que se habla de ella, uno de los conceptos más importantes para aquellos que nos dedicamos a la labor de producir un alimento de consumo humano y está casado con las responsabilidades derivadas de la confianza que deposita el consumidor cuando elige nuestro producto en el anaquel o va a nuestro establecimiento a comprar directamente.
En Venezuela, por normativa gubernamental, el Ministerio del Poder Popular para la Salud (MPPS) y el SACS (Servicio Autónomo de Contraloría Sanitaria) ente adscrito al MPPS, velan por regular la producción de alimentos, siguiendo los parámetros establecidos en la Ley publicados en las Gacetas Oficiales: 25.864, 35.921, 36.100, 41.684, las cuales incluyen el Reglamento General de Alimentos, sus Normas Complementarias, las Buenas Prácticas de Manufactura y otorgamiento de los Permisos Sanitarios.
La función de dichos organismos está más enfocada a la inspección y detección de anomalías; sin embargo, este control la mayoría de las veces se hace a posteriori de la construcción de los establecimientos, almacenes y centros de producción, después de que se ha hecho la inversión de materiales y utensilios y su medición es estándar para todos los establecimientos.
Para evitar de manera proactiva cualquier evento negativo relacionado con la inocuidad debes estudiar tus procesos, conociendo los pasos y el orden de preparación de cada uno de sus productos, detallando los materiales usados y los utensilios involucrados, pensando en la gente que manipula el producto a lo largo de la cadena y en dónde y cómo es almacenada la materia prima y el producto final.
Analizando todos estos aspectos podrás buscar las mejores formas de mitigar los riesgos de contaminación y evitar perjudicar la salud de algún cliente o consumidor, así como proteger tu marca y su posicionamiento.
En WayBetter podemos apoyarte, contamos con especialistas con amplia experiencia en calidad de alimentos, tanto a nivel industrial como artesanal, déjanos tus datos aquí y nosotros nos comunicaremos contigo.

Marisela Avendaño
Marisela Avendaño es bióloga especializada en tecnología de alimentos y con más de cuarenta años de experiencia en empresas de alimentos transnacionales.