En el mundo organizacional, hay fenómenos que, aunque sutiles, tienen un impacto profundo en la cultura, el clima laboral y el rendimiento colectivo. Uno de ellos es la llamada “paradoja de la fruta podrida”. Aunque suene anecdótico, este concepto encierra una verdad poderosa sobre cómo una sola persona puede afectar a todo un equipo… incluso en entornos de alto rendimiento.
¿Qué es la paradoja de la fruta podrida?
La metáfora proviene del dicho popular:
“Una manzana podrida puede echar a perder todo el cesto”.
En el contexto organizacional, se refiere a cómo una sola persona con actitudes tóxicas, comportamientos negativos o falta de alineación con los valores de la empresa puede deteriorar el ambiente laboral, afectar la moral del equipo y disminuir el rendimiento colectivo, incluso si el resto del equipo es competente y comprometido.
Origen del concepto
Aunque el término es coloquial, ha sido respaldado por estudios en psicología organizacional y comportamiento grupal. Investigaciones como las de Will Felps, Terence Mitchell y Eliza Byington (2006) demostraron que la presencia de un solo miembro disruptivo puede reducir significativamente el desempeño de un grupo, incluso si los demás integrantes son altamente efectivos.
Este fenómeno se ha observado en múltiples contextos: desde equipos de ventas hasta grupos creativos, pasando por entornos académicos y corporativos.
¿Cómo se manifiesta una “fruta podrida”?
No siempre es alguien abiertamente conflictivo. A veces, los comportamientos son más sutiles pero igual de dañinos. Algunos ejemplos:
- Negatividad constante: siempre encuentra el problema, nunca la solución.
- Resistencia al cambio: sabotea nuevas ideas o procesos.
- Falta de colaboración: evita trabajar en equipo o comparte información a medias.
- Chismes o comentarios pasivo-agresivos: alimenta la desconfianza.
- Desalineación con los valores de la empresa: actúa en contra de la cultura organizacional.
¿Por qué es una paradoja?
Porque muchas veces, estas personas no son identificadas como un problema de inmediato. De hecho, pueden ser:
- Altamente productivas individualmente.
- Técnicamente brillantes.
- Personas con antigüedad o influencia informal.
Esto genera una paradoja: la organización tolera su comportamiento por los resultados que entrega, sin darse cuenta de que el costo oculto es mucho mayor —desmotivación del equipo, rotación de talento, pérdida de confianza, y deterioro de la cultura.
¿Qué puede hacer Recursos Humanos para mitigar su impacto?
1. Fomentar una cultura de retroalimentación honesta
Crear espacios seguros donde los equipos puedan expresar cómo se sienten y cómo los comportamientos individuales afectan al grupo.
2. Evaluar más allá del rendimiento individual
Incluir indicadores de colaboración, actitud y alineación cultural en las evaluaciones de desempeño.
3. Capacitar a líderes para detectar señales tempranas
Los líderes deben estar entrenados para identificar comportamientos tóxicos, incluso cuando vienen de personas “estrella”.
4. Actuar con firmeza y coherencia
Si se detecta una “fruta podrida”, es clave intervenir con conversaciones claras, planes de mejora o, si es necesario, tomar decisiones difíciles. La cultura se protege con acciones, no con discursos.
5. Promover el liderazgo positivo
Reconocer y empoderar a quienes construyen, colaboran y elevan al equipo. La cultura también se contagia… para bien.
Reflexión final
La paradoja de la fruta podrida nos recuerda que el talento individual no puede estar por encima del bienestar colectivo. Una cultura sólida no se construye solo con resultados, sino con relaciones, valores compartidos y comportamientos coherentes.
Desde Recursos Humanos, tenemos la responsabilidad de crear entornos donde el respeto, la colaboración y la salud emocional sean tan importantes como los KPIs. Porque al final del día, un equipo sano siempre rinde más que uno brillante pero fracturado.
En WayBetter podemos apoyarte a detectar aspectos que puedan pasar desapercibidos en tu clima organizacional y que estén comprometiendo tus resultados y el bienestar de tu equipo

Maygelis Cabrera
Administradora con más de diez años de experiencia liderando el área de gestión del talento en organizaciones nacionales y transnacionales.