Con frecuencia usamos expresiones como “esto es de calidad superior” o “en este restaurante se ofrece un servicio de calidad”; la palabra “calidad” nos sirve para calificar un servicio prestado o un producto, de allí que existan los servicios o productos de alta o baja calidad.
Técnicamente hablando, la calidad de un producto o servicio viene dado por su contrastación o su comparación ante un estándar que puede ser propio o de la industria, el sector o el país en el cual nos desenvolvemos. La calidad se encuentra intrínsecamente ligada con la percepción del consumidor o del cliente y con sus expectativas, sin embargo, dado que las percepciones son subjetivas y en ella hay muchos factores (psicológicos incluso) que intervienen, lo más sensato y gestionable desde el punto de vista de negocio es hablar de la de la calidad tomando un punto de referencia.
¿Cómo puedo determinar si el producto o servicio que presto es de calidad?
Si tu producto es un bien tangible de seguro hay estándares en tu industria o sector que determinan el nivel o grado de calidad que tiene. En la industria cervecera, en la del vino y en la del café, por ejemplo, los estándares determinan incluso la clasificación del bien o servicio; en la industria de indumentaria las tallas son un claro ejemplo de un estándar.
También hay estándares propios que puedes establecer como requisitos indispensables para que tu producto salga a la venta. Características de este, apariencia, atributos que puedes percibir a través de los sentidos y la durabilidad, pueden ser algunos de los elementos que tomes en cuenta. Estos componentes deberían no solo estar en tu cabeza, es vital que para comenzar a medir la calidad desarrolles una ficha técnica de tu producto final en la cual se detallen los atributos que vas a observar y las magnitudes o valores deseados para cada una de ellas.
Si, por otro lado, tu producto no es tangible, las formas, tiempos de entrega, de respuesta y el feedback del consumidor pasarían a formar parte del estándar que puedes construir. Estas características, aunque son más subjetivas que las consideradas en el caso de los productos tangibles, te ayudarán a mejorar los aspectos en donde tengas brechas e incluso identificar necesidades que no tenías en el radar.
Tus características o atributos diferenciadores, esos en los que seas particularmente bueno, pueden servirte de palanca para tu estrategia de marketing y pueden apoyar a la construcción de la imagen de marca que deseas.
Te dejamos una infografía con el tipo de información mínima que debe tener una ficha técnica y así comenzar a aplicar estos conceptos dentro de tu operación.

Marisela Avendaño
Bióloga especializada en tecnología de alimentos y con más de cuarenta años de experiencia en empresas de alimentos transnacionales.