En el mundo organizacional, entender qué motiva a los empleados es clave para mejorar el rendimiento, la satisfacción y la retención del talento. Una de las teorías más influyentes en este campo es la Teoría de los Dos Factores de Frederick Herzberg, también conocida como la Teoría de la Motivación e Higiene.
¿Qué propone Herzberg?
Herzberg descubrió que los factores que causan satisfacción en el trabajo son diferentes de los que causan insatisfacción. Por eso, los dividió en dos grupos:
1. Factores Motivacionales (o Intrínsecos)
Estos son los que realmente motivan al empleado y generan satisfacción cuando están presentes. Están relacionados con el contenido del trabajo.
Ejemplos:
- Logro: Sentirse exitoso al completar un proyecto desafiante.
- Reconocimiento: Recibir elogios por un trabajo bien hecho.
- Trabajo interesante: Participar en tareas creativas o significativas.
- Responsabilidad: Tener autonomía para tomar decisiones.
- Crecimiento profesional: Oportunidades de ascenso o desarrollo de habilidades.
Por ejemplo, si una empresa de tecnología permite a sus desarrolladores proponer y liderar sus propios proyectos. Esto aumenta su sentido de logro y responsabilidad, lo que eleva la motivación.
2. Factores de Higiene (o Extrínsecos)
No motivan por sí solos, pero su ausencia genera insatisfacción. Están relacionados con el contexto del trabajo.
Ejemplos:
- Salario justo
- Condiciones físicas adecuadas
- Relaciones con colegas y supervisores
- Políticas de empresa claras
- Seguridad laboral
Por ejemplo, si una empresa mejora la ventilación, la iluminación y el mobiliario de sus oficinas. Aunque esto no motiva directamente, sí reduce quejas y mejora el bienestar general.
¿Cómo se aplica esto en las organizaciones?
Muchas de las medidas que aplicamos hoy en día para mejorar el clima laboral, nuestra marca empleadora y motivar a los empleados para desarrollarse y lograr los objetivos estratégicos de la organización tienen su base en esta teoría. Su valor descansa en el análisis que nos permite realizar para:
- Hacer un diagnóstico dual: Las empresas deben evaluar tanto los factores de higiene como los motivacionales.
- Diseñar las posiciones de nuestra estructura organizacional: Crear roles que permitan autonomía, retos y crecimiento.
- Mejorar el clima laboral: Asegurar condiciones físicas y relaciones humanas saludables.
- Fomentar mecanismos de reconocimiento del desempeño: No basta con pagar bien; también hay que valorar el esfuerzo.
La Teoría de Herzberg nos recuerda que el salario no lo es todo. Para que un empleado esté realmente comprometido, necesita sentirse valorado, crecer y encontrar sentido en lo que hace. Las organizaciones que aplican esta teoría logran equipos más motivados, productivos y felices.

Maygelis Cabrera
Administradora con más de diez años de experiencia liderando el área de gestión del talento en organizaciones nacionales y transnacionales.








